Consejos alimentarios para el competidor

En todos los niveles, ya sea en el alto nivel competitivo como en el ámbito infantil, suelen observarse trastornos tanto físicos como psíquicos en algunos deportistas como consecuencia de ciertas dietas a las que se someten o son sometidos. En los últimos años se han producido muertes de deportistas producto de extenuantes ejercicios de pérdida de peso justamente para "dar el peso". Los métodos utilizados van desde la deshidratación hasta el ayuno.

Un competidor debe prepararse no sólo desde el aspecto físico y mental, sino también desde el aspecto alimenticio. A continuación enumeramos una serie de recomendaciones:

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Realizar de 4 a 5 comidas al día.
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Tomar un desayuno completo que contenga al menos alimentos de dos o más grupos. Recordamos que los grupos alimentarios son: 1) Granos; 2) Verduras; 3) Frutas; 4) Aceites; 5) Productos Lácteos; 6) Carnes y Legumbres.
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Realizar una buena masticación (10 masticaciones por bocado) y comer sin apuro.
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Beber 1,5 litros de agua al día, preferentemente entre las comidas.
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Aumentar el consumo de frutas, verduras y alimentos ricos en fibra.
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Disminuir el consumo de azúcares simples (azúcar, pasteles, dulces, etc.).
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Moderar el consumo de café, sustituyéndolo por sucedáneos de cafeína.
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No abusar de las bebidas carbónicas ni refrescos de tipo gaseoso sintético.
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Es recomendable no tomar bebidas alcohólicas.
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Comer pescado blanco (carente de grasa, pocas calorías y muchas proteínas. Ej. dorado, trucha, merluza), y reducir el pescado azul (ricos en grasa. Ej. salmón, atún, caballa, etc.). El marisco no es bueno ya que puede alterar el sistema nervioso.
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Reducir el consumo de sal.
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En los alimentos cocidos, hay que ingerir siempre el líquido o caldo que se produce para aprovechar las vitaminas y sales minerales extraídas.
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Evitar todo tipo de fritos ya que producen irritabilidad en el estómago.
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El aceite es preferible tomarlo crudo. No debe freírse ni calentarse.
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Es conveniente realizar todos los días algo de ejercicio físico.
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No es conveniente comer más de cuatro huevos a la semana.
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Sustituir el pan blanco por el integral.
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Incorporar a la dieta alimentos ricos en fibra.
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Sustituir de a poco el consumo de grasa animal por el consumo de verduras y frutas Frescas